Pongámonos serias, porque hoy vamos a diseccionar el cerebro multipotencial. Bueno, serias… a nuestra manera, porque si llevas por aquí un rato te habrás dado cuenta de que aunque siempre escribimos con rigor… A veces se nos va poco la pinza. 🤯
Resulta que, aunque la ciencia se empeñe en investigar cosas como la reproducción del calamar gigante o la órbita de Plutón, el “cerebro multipotencial” aún no ha atraído la atención que merece.
Así que, sin artículos en Nature ni gráficos de neuronas encendidas, hemos decidido inventar nuestra propia versión “científica” a la espera de que nos llamen para hacer de cobayas.
Aquí va un mapa ilustrado de todas las zonas “auténticas” que componen el cerebro multipotencial.
Spoiler: este artículo está cargado de verdades de andar por casa.
¡Vamos allá! 🧠
Zona de Intereses aleatorios
Aquí, en la famosa Zona de Intereses Aleatorios, cualquier tema es válido. Un día amaneces con ganas de ser paleontólogo y descubrir huesos de dinosaurio; al siguiente, ya tienes fichado un tutorial de guitarra flamenca, y no falta la noche en que decides empezar japonés “para defenderte”. Vamos, un batiburrillo de temas que encajan igual de bien que si mezclas gazpacho con sushi.
Es como si dentro de tu cerebro tuvieras la versión mental de hacer zapping, pero en modo bucle: cada “canal” es más interesante que el anterior y todos merecen su oportunidad, aunque solo sea “por probar”. 🤪
Así, esta zona multipotencial está siempre en marcha y nunca descansa, con una lista de aficiones que rivalizaría con los mil y un oficios como Mortadelo (por si eres muy joven y no sabes de qué te hablo)
Lo bueno es que, aunque parezca una locura, ¡esta “fusión” te convierte en una auténtica enciclopedia viva!
La Glándula de la Indecisión
Ah, la célebre Glándula de la Indecisión, ese rinconcito del cerebro multipotencial donde reina el caos existencial. Esta glándula no es enorme, pero ¡cómo se hace notar! Su especialidad es mantenerte en un eterno “no sé si dedicarme a la poesía épica, a la inteligencia artificial o a los drones de carreras”. Lo suyo es el despiste de alto rendimiento.
Imagínate en Netflix: das vueltas, miras mil opciones y, después de 20 minutos, acabas viendo un tráiler o un clásico de siempre. Pues esto es exactamente igual, pero con tu vida profesional. Mientras la mayoría está ocupada con su «camino claro», tú te has perdido en el Ikea, y no sabes si quieres una librería Billy o el Carrito Råskog.
Así que, entre lo mucho que te apasiona y el miedo a dejar alguna posibilidad fuera, la Glándula de la Indecisión Eterna hace que pospongas el momento de “escoger”… aunque siempre encuentras algo nuevo que añadir a la lista. ¡Una auténtica joyita multipotencial! 😂
Núcleo de la Creatividad
Este lo tenemos todos pero el nuestro es como Hulk con esteroides.
En este núcleo es dónde nacen todas esas ideas que después se quedan guardadas en el baúl mágico de Mary Poppins.
Es donde soñamos a lo grande: inventos, proyectos, hasta una posible obra maestra. ¿El problema? Que en el momento en que surge una idea nueva, parece aún mejor.
Este núcleo es el responsable de que te flipes cada vez que se te ocurre algo nuevo, aunque lo cierto es que a menudo ninguna idea llega a la fase final. Vamos, que en el cerebro multipotencial es un poquito como si fueses el productor de tu propio estudio de cine… donde el 90% de los guiones quedan guardados en un cajón.
Porque sí, soñar es gratis, y sacar esos proyectos del baúl de la creatividad… ¡también podría serlo! Pero no nos engañemos: ahí dentro hay de todo, desde «el negocio del siglo» hasta «la aventura definitiva». El único problemilla es conseguir que esas ideas salgan, así, como quien no quiere la cosa.
Centro de Autocrítica y Síndrome del Impostor
Este centro de autocrítica es como tener a los jueces de MasterChef en bucle en la cabeza, cuestionando cada movimiento: “¿Seguro que eres bueno en esto?”, “¿No será que estás un poco perdido?”. Este “gran jurado” multipotencial siempre tiene la última palabra y nunca falta a la reunión.
Esta zona, además, se encarga de recordarte, cada vez que te emocionas con algo nuevo, que a lo mejor no eres experto de verdad. Aunque has estado formándote, probando y experimentando con mil cosas, este crítico implacable sigue diciendo que “igual deberías especializarte en algo de una vez”.
Pero, sorpresa: ¡no hace falta ser experto en TODO! Porque las personas multipotenciales ya tenemos una especialidad: aprender y aplicar. Así que la próxima vez que el crítico hable, acuérdate: ¡sigue adelante!
Área de Aprendizaje Acelerado y Abandono Súbito
Esta zona es pura adrenalina mental. Aquí los multipotenciales desarrollamos la habilidad de aprender lo que sea a la velocidad de la luz. 🎇 Puedes estar viendo un vídeo en YouTube sobre biología marina un lunes y para el jueves ya sabrías identificar peces como si trabajases en “National Geographic” (bueno, casi). Pero, claro, lo emocionante se acaba cuando la novedad se desgasta.
Y entonces… ¡a otra cosa, mariposa!
Como cuando compras ese curso online súper especializado, convencido de que “esta vez sí”, pero te quedas en la primera lección, porque el próximo curso siempre promete más.
¡No pasa nada! Es el ciclo natural de esta área, un lugar donde el aprendizaje exprés es rey, aunque el compromiso… bueno, a veces es un “si te he visto no me acuerdo”.
Lóbulo de la Gestión del Caos
¡Te doy la bienvenida al epicentro del desorden controlado! El Lóbulo de la Gestión del Caos es el área del cerebro multipotencial donde milagrosamente hacemos que todo (o casi todo) funcione. ¿Tienes 5 proyectos a medio hacer, 3 ideas revolucionarias esperando su turno y un curso online que aún no terminas? Todo esto convive aquí.
Este lóbulo se parece un poco a ese cajón de casa que guarda desde pilas hasta un manual de VHS de 1993: nadie entiende cómo, pero siempre encuentras lo que necesitas. ¿El problema? Que solo tú entiendes tu “orden” y, cuando intentas explicarlo, todo suena a trabalenguas.
En el cerebro multipotencial, este lóbulo no se rige por el típico “prioriza y delega”; no, no, aquí el caos es un ingrediente esencial. Es como si estuviésemos jugando al Tetris en modo experto, encajando tareas y plazos, mientras una parte de nosotros murmura: “¿Seguro que no puedes meter otro proyectito más?”.
Por suerte, también tiene su lado brillante: nos enseña a confiar en nuestro propio sistema (por raro que sea). Porque, admitámoslo, puede que no tengamos las cosas en carpetas bonitas, pero de alguna forma mágica… siempre encontramos la carpeta correcta.
Sinápsis de la Culpa Profesional
Ah, la Sinapsis de la Culpa Profesional, ese pequeño rincón del cerebro multipotencial que siempre tiene algo que decir… y nunca es nada bueno.
Su función principal es recordarte que podrías haber sido una eminencia mundial si no hubieras dejado aquel proyecto. ¿El piano? ¿El curso de alemán? ¿Aquella idea brillante para revolucionar el mundo de los calcetines? Todo vuelve aquí para juzgarte con cara de “te lo dije”.
Es como si tuviera un botón de “remordimiento instantáneo” que se activa cada vez que decides cambiar de intereses. Y claro, como buenos multipotenciales, cambiar de intereses es nuestro deporte favorito. Pero no pasa nada, porque según esta sinapsis, podrías haber sido astronauta, chef y productor de cine… todo al mismo tiempo.
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Córtex de la Futura Gran Idea
Por último, pero no menos importante, el Córtex de la Futura Gran Idea, esa sección del cerebro multipotencial donde encuentras las ideas más épicas que jamás hayas imaginado.
Aquí se gestan los planes que podrían revolucionar el mundo, ganar premios internacionales o, al menos, impresionar a tus amigos en la próxima cena. Pero, ¡ah!, hay un pequeño detalle: estas ideas no están listas para salir. Y tú tampoco.
Es como tener un Satisfyer mental: sabes que está ahí, que tiene potencial, pero necesitas el momento perfecto para disfrutarlo. “Todavía no”, piensas mientras lo guardas cuidadosamente en tu lista de “cosas por hacer algún día”. Y ese día tarda muuuucho en llegar.
Pero, aquí va el plot twist: ese córtex también es un recordatorio de que soñar en grande es parte de ser multipotencial. Lo importante es reconocer cuándo es hora de dejar de esperar y empezar a hacer. Aunque no todo salga perfecto, ¡al menos saldrá algo!
Así que, ¿cuál será tu próxima gran idea? Quizás es hora de darle una oportunidad.
Para ir terminando…
Y así llegamos al final de este didáctico (y completamente inventado) recorrido por el cerebro multipotencial. Aunque puede que nuestro mapa tenga más de ida de la olla que de ciencia, no creemos que vayamos muy desencaminadas.
A veces puede ser un poco agotador tener un cerebro que no sabe quedarse quieto. Pero, ¿qué sería del mundo sin las mentes que se atreven a soñar en todas direcciones a la vez?
Así que, si tú también piensas «soy multipotencial», no pierdas tiempo peleándote con tu cerebro. Abraza tu caos creativo, ríete de tus cambios de dirección y, sobre todo, recuerda que no tienes que encajar en ningún molde. Ser tú ya es más que suficiente.
Porque al final del día, nuestra multipotencialidad no necesita ser explicada, justificada ni encasillada. Es nuestra forma de ver el mundo: curiosa, diversa y siempre lista para descubrir algo nuevo.
2 comentarios en “Anatomía del cerebro multipotencial”
Uau! Totalmente cierto. Me he reido un montón ( gracias!) y al mismo tiempo me he emocionado. Es un retrato perfecto de mi misma. Me alegro de saber que somos más!!
¡Muchas gracias, Anna! Nos alegra mucho que te haya gustado. Aquí somos unas cuantas personas con el mismo cerebro hiperactivo. ¡Bienvenida! 😉